El proceso de elaboración del Alebrije Oaxaqueño
En este arte popular la materia prima es la madera de copalillo. Para trabajos sencillos se usaba el copalillo y el tzompantle, por ser ambas maderas suaves y blancas; y para trabajos especiales se utilizaba el cedro blanco o el palo de águila.
Lo primero solía ser encontrar un buen árbol en los alrededores de Monte Albán y San Pablo Cuatro Venados, hallar un buen pedazo de madera, y trabajarlo. Antes, se solía recoger la madera, sin embargo esto ya no es posible, debido a la escasez de la misma y al cuidado de la reserva ecológica del polígono de Monte Albán. Por dicho motivo, se compra la madera a los comerciantes autóctonos de la región que entregan a domicilio, provenientes de San Pablo Cuatro Venados o del distrito de Etla y de otras regiones de Oaxaca.
La madera se pela y se trabaja cuando está verde y húmeda para que no se raje o astille al tallarla.
La herramienta es un machete filoso para que corte la madera, el trazo y la horma de la figura; un juego de cuchillos bien afilados, gurbia, escoplos o formones y berbiquí, para el tallado, y lijas para el terminado fino; así como clavos y martillo para la unión de algunas partes.
Una vez hechas las figuras, se dejan secar durante varios días, para evitar que se partan o se rajen, y se curan para que no se piquen. Las piezas realizadas en maderas sencillas, como el copalillo o el tzompantle, que podría partirse si se quedaran al natural, son pintadas actualmente con pintura acrílica, algunos pigmentos y pincel. Años atrás, había quien utilizaba solo colorantes naturales que se obtenían de las cortezas de los árboles, de la tierra, anilinas en polvo o incluso de grana cochinilla.
La elaboración y terminado de cada pieza puede tomar desde unos días hasta semanas, dependiendo de la complejidad de la talla, el acabado fino, curado y decorado con pintura.
Al iniciar el coloreado de figuras de animales que tanto llama la atención, el diseño del decorado no está previamente trazado, sino que hasta le momento de realizarlo el artista deja volar su imaginación, y debe lograr el necesario dominio de la proporción para ajustar los dibujos al espacio que debe cubrir y las formas complejas y curvas de la talla.
Las piezas son muy variadas en formas, originalidad y tamaños, por lo que han sido dignas de ser expuestas y admirarlas por su impecable presentación en museos y galerías de todo el mundo.
Este arte trata de rescatar la cultura de su gente: cada figura tiene un significado ligado a sus antepasados.
Por ejemplo, la elaboración de un jaguar se inspira en Monte Albán (conocido como Cerro de Jaguares), esta figura significa la valentía e historia prehispánica, rescatando la simbología de una grandiosa cultura.
Asimismo, representa la imagen del nahual (curandero o chamán de la época prehispánica), es decir, la persona que se transforma en un animal. De acuerdo a las culturas mesoamericanas, cada ser humano nace con el espíritu o el alma de un animal, y conforme a la fecha de nacimiento y característica fisonómicas semejantes, se determina el animal que le corresponde a cada individuo, formando así una dualidad.
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