Guillermo Lorca - Fine Art Prints
Desde que ocurrió lo que podríamos llamar “la cancelación de Balthus” (como se conoce al pintor polaco Balthasar Klossowsky), los pintores que hacen representación y alegoría de niñas y chicas jóvenes son considerados valientes cuando más, temerarios cuando menos. Habitan y exploran la inestable frontera de lo que se considera “socialmente permitido”. Pero ¿qué es lo permitido? Las prácticas artísticas no siempre obedecen complacientes la corrección moral su época, la ideología puede definirse también como el conjunto de valores éticos y criterios de verdad que mudan con el tiempo. En todas las geografías y épocas han existido artistas que cuestionan nuestras ideas de lo correcto, lo válido y lo verdadero. Una exploración artística de valor no necesariamente nos invita a permanecer donde estamos, sino que nos empuja hacia nuevas formas de ser y de pensar.
Guillermo Lorca no solo se lanza raudo al terreno de estos simbolismos, sino que detona el repertorio del inconsciente y lo nutre de una riqueza pictórica que sorprende e intriga desde el primer vistazo. Las imágenes son claras, diseña luces diáfanas que lo iluminan todo sin sacrificar la profundidad de los claroscuros –cuando los hay, que al interior de la psique humana existen y mucho–. En su caso, las niñas son un arquetipo que representan al pintor mismo en su vulnerabilidad, vitalidad y promesa de futuro.
La obra de Lorca habita un lugar especial en la práctica del surrealismo contemporáneo, muy a la manera de Salvador Dalí: no se trata de un arte de mecanicismos ni automatismos. Aunque pinte de noche o madrugada, envuelto en la duermevela y la modorra, la mano y la racionalidad se encuentran al mando de cada gesto de dibujo y color, sus habilidades se encuentran en su capacidad máxima.
El inconsciente y la visión se cuelan por ahí, por supuesto, en el ambiente de ideas e intuiciones largamente trabajadas y estudiadas. Cada pintura es resultado de estudios dedicados y cuidadosos que se maduran por largos periodos. Para pintar un jabalí, un cisne, un lobo, se han visto muchos jabalíes, cisnes y lobos en la vida real y en la gigantesca cultura visual de nuestro tiempo. Lorca elabora abundantes bocetos con lápiz y con tecnologías digitales, toma muchas fotografías que cataloga en carpetas. Una vez tomadas todas las decisiones de lo que desea, procede a pintar. Incluso ahí ciertos elementos pueden cambiar, pero son ajustes, no reestructuras. Ante su obra nos encontramos ante la práctica de la pintura como orquestación, no como gesto.
Ese mismo cuidado se conserva en las reproducciones de edición limitada que realiza de algunas de sus piezas, permitiendo que la calidad y la visión circulen por el mundo más rápida y extendidamente de lo que puede viajar una pintura de grandes dimensiones. Son impresiones de tamaño generoso y larga duración en las que la vorágine de símbolos y atmósferas conservan su poder expresivo. Con ellas continúa sacudiendo nuestra consciencia, mientras nos pregunta “¿qué hay mas allá?”.
Perfil
Guillermo Lorca (Santiago de Chile, 1984) es un pintor figurativo, afín al simbolismo y el surrealismo, ampliamente reconocido en el mundo. Realizó estudios formales de arte en el Colegio SSCC Manquehue y en la Universidad Católica de Chile. En ese tiempo fue ayudante del pintor Hernán Miranda, con el cual realizó un par de murales de grandes dimensiones (32 y 45 metros de largo). Muy pronto se retiró de la formación académica al percibir que la escuela de arte es un ambiente hostil para un pintor figurativo. En el año 2006, con 22 años, se incorporó a la academia de pintura de Odd Nerdrum en Noruega, donde desarrolló los métodos de pintura y composición que realiza en su obra hasta ahora. En su obra confluyen los modos de la pintura antigua y su condición de obra contemporánea, resultando en una apariencia intemporal pero muy novedosa. En 2011 continuó con su formación en una residencia artística en la ciudad de Berlín.
Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Santiago de Chile, la Ciudad de México, Londres, Barcelona, Seúl (Corea), así como en Turín y Sicilia (Italia). Entre 2005 y 2009 ha realizado murales en las ciudades de Ovalle, Concepción y Santiago, donde la estación subterránea Baquedano alberga seis tableros pictóricos como proyecto por el Bicentenario de la Independencia de Chile.